Empleados federales reciben talonarios de pago de $0 por el cierre

Algunos empleados federales de Estados Unidos recibieron el viernes talones de pago con sólo ceros como consecuencia del cierre parcial del gobierno, lo que profundizó la ansiedad por el vencimiento en el pago de hipotecas y facturas.

En total, unos 800,000 empleados federales no recibieron su paga por primera vez desde que comenzó el cierre hace tres semanas.

Los trabajadores publicaron fotos en Twitter de los talones con cero dólares y descargaron su frustración en torno a la parálisis gubernamental causada por la exigencia del presidente Donald Trump de recibir $5,700 millones para la construcción de un muro en la frontera, parálisis que comenzó hace 21 días. El fin de semana se convertió en el cierre de gobierno más largo en la historia de Estados Unidos.

“Hoy vi los ceros en mi talón de pago, y siento una mezcla de tristeza y de perplejidad ante la realidad”, le dijo el controlador de tráfico aéreo Josh Maria a The Associated Press tras tuitear una fotografía de su talón de pago. “Somos Estados Unidos. Podemos hacer las cosas mejor que esto”.

La falta de pago de los sueldos es solo un indicio de las consecuencias que está teniendo el cierre gubernamental sobre la vida diaria de los estadounidenses. El aeropuerto de Miami decidió cerrar una terminal este fin de semana porque los encargados de las revisiones de seguridad se han estado reportando enfermos el doble de veces que la tasa normal. Los compradores de casas están experimentando retrasos en la entrega de sus préstamos.

Aproximadamente 420,000 empleados federales fueron catalogados como imprescindibles y trabajan sin sueldo, y 380,000 más están en casa sin paga. Aunque en cierres pasados los empleados federales cesados han recibido su pago retroactivo, no hay garantía de que en esta ocasión suceda lo mismo.

Los trabajadores están recurriendo a las compañías de taxis Uber y Lyft, y a otras labores alternas temporales para ganar algo de dinero mientras tanto.

Ellen Jackson, agente de la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA, por sus siglas en inglés) está conduciendo de tiempo completo para una compañía de taxis con el fin de salir adelante. La mujer de 59 años planea retirarse en abril.

“No quiero pedir prestado nada de dinero”, dijo Jackson, veterana de la Fuerza Aérea que dijo ganar unos $38,000 anuales como agente de la TSA. “No quiero meterme en un hoyo más profundo”.

En Falls Church, Virginia, en las afueras de Washington, un distrito escolar implementó una feria del empleo para empleados federales cesados interesados en laborar como maestros sustitutos.

Chris George, de 48 años, ha realizado algunos trabajos de reparaciones caseras, recurrió a un sitio de microfinanciación colectiva para reunir algo de dinero en efectivo y comenzó a conducir para Lyft tras ser cesado de su empleo como supervisor técnico forestal para el Servicio Forestal de Estados Unidos.

Pero esas labores adicionales no están representando gran diferencia, y ha estado dialogando con la empresa que maneja su hipoteca para evitar dejar de pagarla.

“Aquí estamos, en el día 21, y las tres partes ni siquiera pueden negociar como adultos”, afirmó, describiendo a los trabajadores gubernamentales como “peones de una agenda para un muro. Lo siento, no vas a poner un muro en el río Grande”.

Economistas de S&P Global dijeron que el cierre gubernamental ya le costó a la economía estadounidense $3,600 millones hasta ahora.

Un empleado federal común suele ganar $37 la hora, que se traduce en $1,480 a la semana, según datos del Departamento del Trabajo. Eso es casi $1,200 millones de salarios caídos cada semana al multiplicarse por 800,000 empleados federales.

Muchos empleados viven al día, a pesar de que la economía del país es sólida y la tasa de desempleo es extremadamente baja.

Maria, que vive en Washington, ya se encontraba en una situación financiera precaria debido a dos mudanzas a distintas ciudades en 2018 y el nacimiento de un hijo prematuro. Con el cierre, las cosas se le complicaron mucho más.

“Simplemente no estoy pagando ciertas facturas. Los pagos del coche están demorándose, lo cual va a afectar mi crédito”, afirmó. “Los pagos a las tarjetas de crédito están demorados”.

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