AMARILLO, Texas — Un juez federal conservador en Texas escuchó este miércoles los argumentos de un grupo cristiano que busca revocar la aprobación de un medicamento para el aborto por parte de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) hace más de dos décadas, en un caso que podría amenazar a la más común forma de aborto en Estados Unidos.
Los abogados del grupo Alliance Defending Freedom pidieron al juez Matthew Kacsmaryk durante la audiencia en Amarillo, Texas, que emitiera una orden inmediata que revocaría o suspendería la aprobación del fármaco mifepristona. Tal paso sería un desafío sin precedentes para la FDA, que aprobó la mifepristona en combinación con una segunda píldora como método seguro y eficaz para interrumpir el embarazo en el año 2000.
Un fallo podría llegar en cualquier momento después de que concluyan los argumentos. Los abogados del Departamento de Justicia de EEUU que representan a la FDA apelarían rápidamente una decisión contra el medicamento, quienes probablemente también buscarían una suspensión de emergencia para evitar que entre en vigencia mientras el caso avanza.
Durante una presentación de 90 minutos ante la corte, el abogado de la alianza Erik Baptist le dijo al juez que eliminar la mifepristona del mercado “restauraría el poder policial adecuado a los estados”, una referencia al fallo de la Corte Suprema de EEUU del verano pasado que anuló Roe v. Wade y dejó que los estados decidieran sobre la legalidad del aborto.
La mifepristona, cuando se combina con una segunda píldora, se ha convertido en el método de aborto más común en EEUU y se ha recetado cada vez más desde que se anuló Roe.
Reconociendo la importancia del caso, Kacsmaryk, quien fue designado por el entonces presidente Donald Trump, le preguntó a Baptist si podía citar un ejemplo anterior de un tribunal que eliminó un medicamento aprobado por la FDA después de muchos años en el mercado.
Baptist reconoció que no hay ejemplos anteriores, pero culpó de la longevidad del medicamento a la “obstrucción” de la FDA de las solicitudes anteriores de su grupo para eliminar el medicamento. El grupo solicitó a la FDA en 2002 y en 2019 frenar el acceso a la píldora.
Se espera que los abogados de la FDA argumenten que retirar la mifepristona alteraría la atención reproductiva de las mujeres estadounidenses y socavaría la supervisión científica del gobierno sobre los medicamentos recetados.
Kacsmaryk le dio a cada lado dos horas para presentar sus argumentos, con tiempo para la refutación, en el caso de alto riesgo. El fabricante de mifepristona, Danco Laboratories, se unirá a la FDA para defender la disponibilidad de la píldora.
Los medicamentos para el aborto están aprobados para su uso hasta la décima semana de embarazo. La mifepristona se toma primero, se ingiere por vía oral. El medicamento dilata el cuello uterino y bloquea los efectos de la hormona progesterona, que es necesaria para mantener un embarazo.
El misoprostol, un medicamento que también se usa para tratar las úlceras estomacales, se toma de 24 a 48 horas después. Hace que el útero se acalambre y se contraiga, causando sangrado y expulsando el tejido del embarazo. Se ha demostrado que la combinación tiene una eficacia de más del 95 % para interrumpir embarazos de hasta 10 semanas.
Si se suspende la mifepristona, los proveedores podrían recetar misoprostol solo, un enfoque que se usa en muchas partes del mundo, pero sería un gran cambio en la práctica de EEUU y no se ha encontrado que sea tan efectivo.
Tal fallo también podría aumentar la necesidad de aborto quirúrgico y aumentar aún más los tiempos de espera en las clínicas, que ya son de semanas en algunos casos después de que el fallo de la Corte Suprema de EEUU anuló a Roe, dijo Nash.