Un estudiante de secundaria de Oakland, California, está acumulando cartas de aceptación universitaria y becas.
Helms Ategeka, un destacado estudiante de la escuela Head-Royce, fue aceptado en 122 universidades y recibió $5.3 millones en becas colectivas.
"Me siento muy afortunado de que haya gente ahí fuera, que haya instituciones que vean el valor que tengo para dar", dijo Helms.
El joven cree que fueron sus casi 10 actividades extracurriculares, que abarcan desde coro hasta teatro y la creación de su propio club, junto con su promedio de 3.9, lo que lo distinguió.
Para él, su dedicación a la escuela nace de la pasión por su familia y de las lecciones de su crianza en Uganda. El cantante universitario se mudó a Estados Unidos hace cinco años.
"Realmente tuve que recordarme a mí mismo que esta es una oportunidad, especialmente de donde soy, que mucha gente no tiene", dijo. "Quería estar agradecido por eso y honrar a mis padres", agregó.
Helms, un aspirante a artista discográfico de pop y R&B, solicitó a casi 160 universidades para encontrar el mejor programa posible, pero nunca eligió una de las mejores opciones por miedo a la decepción.
EEUU
Sumando los pros, restando los contras y teniendo en cuenta la ayuda financiera, la ecuación lo llevó a seleccionar UC Berkeley debido a su escuela de música y la diversidad de cursos.
"Así es como finalmente me decidí por Cal, porque me gusta la música, ¡fantástico! ¡La ubicación, fantástica! Ahora veamos todo lo demás", dijo.
Cal también es el alma máter de su padre, Chris Ategeka, quien pasó años trabajando con inmigración tratando de traer a su hijo a Estados Unidos.
"Por todas las cosas por las que mi familia y yo tuvimos que pasar para estar aquí, a veces hay momentos en los que tienes que pellizcarte", indicó Chris. "¿Esto está sucediendo o es un sueño?", expresó.
Chris dijo que es la innegable pasión de su hijo por la música, el trabajo duro combinado con algo de suerte y un poder superior, lo que lo hace brillar.
"Ha encontrado algo y eso es la música", dijo Chris. "Eso genera tanta alegría que es contagioso. Es realmente difícil de ignorar", sentenció.
