La Casa Blanca

Biden pone al control de armas como tema central para las elecciones legislativas

Habló en Wilkes-Barre en Pensilvania, donde se comprometió a prohibir los rifles de asalto.

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WASHINGTON - Con un encendido discurso en el estado clave de Pensilvania, el presidente Joe Biden convirtió el control de armas y la financiación de la Policía en temas centrales para las elecciones legislativas de noviembre, donde su partido se juega el control del Congreso.

Casi a gritos y levantando el dedo índice de su mano derecha para dar mayor énfasis a su palabras, el mandatario declaró ante un auditorio repleto de gente: "¡Estoy decidido a prohibir los rifles de asalto en este país! ¡Decidido!".

Biden reiteró su respeto a la Segunda Enmienda de la Constitución que protege el derecho a portar armas y dijo que incluso tiene dos escopetas en su residencia; pero argumentó que no hay lugar en las calles ni los colegios de Estados Unidos para rifles diseñados para la guerra.

Por ello, pidió a los estadounidenses que voten en noviembre por aquellos candidatos que quieren prohibir los rifles de asalto, usados recientemente en las matanzas de Buffalo con 10 muertos, y Uvalde, donde 19 niños y 2 profesoras fueron asesinados.

Visiblemente enfadado, Biden habló sobre cómo algunos de los padres de Uvalde tuvieron que dar a las autoridades su propio ADN para que se pudiera identificar a sus hijos víctimas del tiroteo, ya que las balas del rifle AR-15 que usó el agresor desgarró sus pequeños cuerpos.

"¡ADN, para poder decir que ese es mi niño! ¿Qué es lo que nos pasa? No estoy bromeando, ¿qué estamos haciendo?", preguntó Biden al auditorio, en silencio.

Más de 190 tiroteos sacudieron las escuelas de EEUU en el último año escolar, de acuerdo con un reporte de la organización Everytown For Gun Safety.

Después de los tiroteos de Uvalde y Buffalo, demócratas y republicanos del Congreso llegaron a un acuerdo para aprobar una ley de mínimos que endureció algunos controles a las armas, pero el mandatario y buena parte de su partido quieren ir más lejos y que se prohíban los rifles de asalto.

Biden, que fue senador durante 36 años, jugó un papel central en la aprobación en 1994 de una ley que prohibía las armas de asalto, pero que expiró en 2004 sin que el Congreso la renovara.

El público, reunido en un auditorio de la universidad de Wilkes-Barre en Pensilvania, respondió con aplausos a las palabras de Biden sobre los rifles de asalto y también gritó entusiasmado cuando formuló sus propuestas para mejorar el trabajo de los cuerpos locales de Policía.

El actor podría exponerse a cargos penales, pese a que mencionó que el arma se habría disparado sola.

El mandatario dejó claro que está en contra de la idea que abanderó en 2020 el ala más progresista de su partido para quitar fondos a la Policía, en medio de una serie de protestas que hubo ese año por la muerte de afroamericanos como George Floyd a manos de policías blancos.

"Cuando se trata de seguridad en esta nación la respuesta no es quitar fondos a la Policía, es dárselos", dijo.

Reclamó, sin embargo, la necesidad de que los agentes establezcan lazos con las comunidades donde patrullan para que puedan establecerse relaciones de confianza con quienes intentan proteger, en vez de crear una sensación de agresividad que ha hecho que muchos los rechacen.

Se utilizará un nuevo sistema de detección de armas en las escuelas del condado de Greenville, Carolina del Sur, cuando comiencen las clases en aproximadamente dos semanas.

Detrás del podio donde Biden dio su discurso había varios policías vestidos con sus uniformes de color azul marino y sus características gorras con un escudo dorado en el centro.

Los simpatizantes agitaban pequeñas banderas estadounidenses y carteles con las palabras "Safer America" (Estados Unidos más seguro), el nombre del plan que el gobernante presentó a principios de este mes para prohibir los rifles de asalto, invertir en la Policía y en programas de prevención de delitos.

La de este martes fue la primera de las tres visitas a Pensilvania que Biden tiene previsto hacer de aquí al próximo lunes y llega antes de que el expresidente Donald Trump (2017-2021) celebre el sábado su propio evento en ese estado.

Una empresa de Chattanooga, Tennessee, se asoció con creadores de mesas balísticas para fabricarlas para las escuelas. La compañía dice que la mesa de 360 libras es fácil de operar, absorbe las balas y fue probada con granadas, varias ametralladoras y armas de mano.

En Pensilvania está en juego la gobernación y un escaño clave del Senado que podría determinar qué partido controla esa cámara durante los dos años de mandato que le quedan a Biden.

Ese escaño clave del Senado se lo disputan John Fetterman, actual vicegobernador del estado y que, con sus más de dos metros de altura y su aspecto rudo, recuerda más a un obrero del decrépito cinturón industrial de Pensilvania que a alguien que aspira a moverse en los círculos del poder en Washington.

Enfrente tiene a Mehmet Oz, aliado de Trump y conocido popularmente como Dr. Oz por sus apariciones en televisión, donde durante años llegó a tener su propio programa diario de consejos médicos tras convertirse en un rostro habitual de la mano de Oprah Winfrey.

Tanto Boebert como su esposo dijeron en el comunicado publicado que su arrendador había decidido no renovar su contrato de arrendamiento.

Biden pidió el voto para Fetterman, al que describió como "una voz poderosa para la clase trabajadora", y también animó a elegir como gobernador de Pensilvania al demócrata Josh Shapiro, hasta ahora fiscal general del estado.

Shapiro se enfrentará en noviembre al republicano Doug Mastriano, un senador estatal ultraderechista que financió algunos de los autobuses que transportaron a Washington a los simpatizantes de Trump que asaltaron el Capitolio el 6 de enero de 2021.

Sobrevivientes del tiroteo masivo durante el desfile del Cuatro de Julio en Highland Park, Illinois llegaron hasta el Capitolio en Washington, D.C. exigiendo cambios en la regulación de armas para que se restrinja el acceso a armas y municiones de alto calibre.

El viaje de Biden a Wilkes-Barre estaba originalmente programado para el 21 de julio, pero se canceló cuando el presidente contrajo COVID-19 y se aisló mientras estaba contagioso.

Biden ha presentado un plan de $ 37,000 millones para abordar el crimen y aumentar los recursos de aplicación de la ley. Quiere que el Congreso gaste $13,000 millones para ayudar a las comunidades a contratar y capacitar a 100,000 policías durante cinco años. Otros $3,000 millones se destinarían a eliminar los atrasos judiciales y resolver casos relacionados con asesinatos y armas, y $5,000 millones más se destinarían a programas de apoyo que podrían ayudar a detener la violencia antes de que ocurra.

Además, Biden está buscando $15,000 millones para otorgar subvenciones a iniciativas para prevenir delitos violentos o crear respuestas de salud pública a incidentes no violentos.

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