WASHINGTON — La demanda de papeletas para votar por correo siguen en aumento. El personal electoral requiere capacitación.
Y las cabinas de votación podrían ser equipadas con protectores de plástico por la pandemia del COVID-19.
Al tiempo que las autoridades se preparan para las elecciones del 3 de noviembre, una cosa es segura: Tendrán un costo muy alto.
“Los funcionarios electorales lejos están de contar con los recursos para realizar los preparativos y cambios que necesitan para llevar a cabo una elección en una pandemia”, afirmó Wendy Weiser, al frente del programa democrático del instituto no partidista Brennan Center for Justice.
“Vemos que esto ocurre en todas partes”.
Decisión
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La pandemia ha generado problemas para funcionarios estatales y municipales que se preparan para una elección como pocas, un esfuerzo extraordinario durante una contienda presidencial al tiempo que los casos de virus aumentan en gran parte de Estados Unidos.
Las preocupaciones relacionadas con el COVID-19 han traído consigo exigencias de medidas para garantizar que las elecciones, a solo cuatro meses de distancia, sean seguras.
Pero la ayuda federal que se prometió desde hace mucho para estados que enfrentan problemas económicos se encuentra detenida en el Capitolio.
El dinero ayudaría en el pago por transformar el anticuado proceso de votación en un sistema preparado para una pandemia.
Un elemento crucial en tal transición es el costo de impresión y envío de las papeletas para votar por correo.
También existen costos para garantizar que la votación en persona sea segura, por medio de equipo de protección personal para los empleados electorales, que tienden a ser de edad avanzada y con mayor riesgo de contagio ante el virus, así como capacitación para los nuevos trabajadores.
Máquinas costosas son necesarias para un rápido conteo de votos.
Complicando más la situación se encuentra la aversión del presidente Donald Trump a la votación por correo.
Con una preocupante regularidad, ha catalogado el proceso como amañado, a pesar de que no existe evidencia de fraude y su propio personal de la campaña de reelección se está adaptando a la nueva realidad de una votación masiva por correo.