Brasil superó este viernes el millón de casos de COVID-19 y se aproxima a las 50,000 muertes a poco de cumplir cuatro meses del inicio de la pandemia, según las estadísticas divulgadas por un consorcio integrado por los principales medios de comunicación del país.
De acuerdo con este consorcio, que recopila los datos directamente en las secretarías regionales de Salud de los 27 estados del país, Brasil contabilizaba a las 2:00 p.m., hora local de este viernes, 1,009,699 casos y 48,427 muertes por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2.
Las cifras confirman a Brasil como el segundo país en número de víctimas y de contagios en el mundo, superado tan sólo por Estados Unidos, y como uno de los nuevos epicentros mundiales de la enfermedad, que fue registrada por primera vez en la nación el 26 de febrero pasado.
Los datos indican que el virus sigue avanzando aceleradamente y que Brasil aún no ha llegado al pico de su curva de contagios, lo que los especialistas prevén para julio próximo.
Pese a ello, la mayoría de los gobiernos regionales y municipales del país dio inicio a procesos graduales de desescalada de las medidas de distanciamiento social impuestas a mediados de marzo para intentar frenar el avance del COVID-19.
En varios estados y municipios del país, los comercios han vuelto a abrir sus puertas y las industrias retomaron su producción.
Según datos de las secretarías de Salud regionales, ya hay al menos un caso de coronavirus en el 85% de los 5,570 municipios de este país que tiene una población de 210 millones de habitantes.
De acuerdo con el consorcio de medios de comunicación, las estadísticas tuvieron un fuerte salto este viernes debido a que algunos municipios registraron en los últimos días problemas para incluir sus datos en las diferentes plataformas de las secretarías y del Ministerio de Salud. En consecuencia, solo consiguieron actualizarlos el viernes.
Los principales medios de comunicación del país decidieron montar un consorcio independiente para buscar las estadísticas directamente en las secretarías regionales de Salud luego de que el Ministerio de Salud amenazara con adoptar una nueva metodología de registro de contagios que no incluía todos los casos.
El Gobierno desistió de la modificación tras haber sido duramente cuestionado, incluso por la Organización Mundial de la Salud (OMS), por la falta de transparencia.
El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, es uno de los gobernantes más escépticos sobre la gravedad de la pandemia, a punto que llegó a calificar el COVID-19 como "gripecita", e insiste en que el país tiene que normalizar todas las actividades para evitar el agravamiento de una crisis económica que, en su opinión, puede causar un número mayor de muertes.
Pese a que Brasil superó la marca de un millón de casos este viernes, especialistas aseguran que el número de contagios es muy superior -algunos calculan que hasta diez veces más- por el gran nivel de subnotificaciones.
Desde que comenzó la pandemia, Brasil ha sufrido problemas por la falta de exámenes para diagnosticar la enfermedad.